Los síntomas del asma pueden ser tratados con una montaña rusa. En 2010, Simon Rietveld, de la Universidad de Amsterdam, e Ilja van Beest, de la Universidad de Tilburg, hicieron el descubrimiento de que los síntomas del asma pueden ser tratados con una montaña rusa. Los participantes fueron 25 mujeres con un diagnóstico médico de asma grave, y 15 controles emparejados.
Rollercoaster asthma: when positive emotional stress interferes with dyspnea perception.
Rietveld S, van Beest I.
Source
Department of Psychology, University of Amsterdam, Amsterdam, The Netherlands.
Abstract
The current study assessed how negative and positive stress is related to dyspnea perception. The participants were 25 young women with a medical diagnosis of severe asthma, and 15 matched controls. Stress was induced during repeated rollercoaster rides. Results showed that negative emotional stress and blood pressure peaked just before, and positive emotional stress and heart beat peaked immediately after rollercoaster rides. Dyspnea in women with asthma was higher just before than immediately after rollercoaster rides, even in women with asthma with a rollercoaster-evoked reduction in lung function. These results suggest that stressed and highly aroused individuals with chronic asthma tend to perceive dyspnea in terms of acquired, familiar associations between dyspnea and positive versus negative feeling states, favoring either underperception or overperception of dyspnea, depending on the emotional valence of a situation.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16989773
sábado, 25 de agosto de 2012
HItler y las muñecas sexuales
Las muñecas hinchables se intentaron desarrollar por primera vez por orden de Adolf Hitler. El führer tuvo la genial idea de encargar a un grupo de médicos que construyera una muñeca inflable para que sus tropas pudieran liberar las tensiones sexuales acumuladas durante la guerra, lejos de sus esposas y novias en lo que se hizo llamar proyecto Model Borghild. La idea era que cada soldado cargara con una muñeca en su mochila junto con el resto de los objetos vitales para supervivencia.
Es de entender la preocupación del Führer por sus soldados, perdidos en los frentes de media Europa. Estos soldados alemanes debían tener sus necesidades cubiertas por lo que Hitler pensó que junto a la mochila que albergaba los objetos básicos para la supervivencia en el el frente debería estar una muñeca hinchable. El riesgo de sufrir una enfermedad venérea era muy alto y con esta idea se trataba de mantener sanas a las tropas, además de mantener lo más pura posible la raza aria.
Un escultor, un especialista en materiales sintéticos, un peluquero y un mecánico formaron el equipo de trabajo que se puso manos a la obra para crear una chica de lo más realista. Se inspiraron en deportista y atletas, aunque conseguir un rostro fue más difícil al escasear las voluntarias. No es de extrañar sabiendo el uso que se le iba a dar.
El siguiente paso fue diseñar un prototipo que, como es natural, debía representar a la más pura mujer aria: rubia, de piel blanca y de ojos azules. Se encargó de su diseño a un danés, Olen Hannussen, en 1940. Pero Hitler fue más lejos dando indicaciones mucho más precisas, debía tener una altura de 1,76 m, labios y pechos grandes, piernas, brazos y cabeza articulada y un ombligo bien diseñado. Debería estar realizada en plástico además de demostrar solidez y vigor, estar preparada para los rigores del frente.
Y claro había que ponerle un nombre, Borghild, que para algunos está extraido de la mitología nórdica y para otros es una expresión danesa que significa algo así como muñeca del pueblo.
En 1941 se presentaron tres proyectos diferentes con muñecas de 1,68, 1,76 y 1,82 metros de altura
Pero el proyecto se vio frustrado cuando el bombardeo aliado en Dresden destruyó la fábrica que había recibido el encargo de desarrollar el juguete erótico.
Es de entender la preocupación del Führer por sus soldados, perdidos en los frentes de media Europa. Estos soldados alemanes debían tener sus necesidades cubiertas por lo que Hitler pensó que junto a la mochila que albergaba los objetos básicos para la supervivencia en el el frente debería estar una muñeca hinchable. El riesgo de sufrir una enfermedad venérea era muy alto y con esta idea se trataba de mantener sanas a las tropas, además de mantener lo más pura posible la raza aria.
Un escultor, un especialista en materiales sintéticos, un peluquero y un mecánico formaron el equipo de trabajo que se puso manos a la obra para crear una chica de lo más realista. Se inspiraron en deportista y atletas, aunque conseguir un rostro fue más difícil al escasear las voluntarias. No es de extrañar sabiendo el uso que se le iba a dar.
El siguiente paso fue diseñar un prototipo que, como es natural, debía representar a la más pura mujer aria: rubia, de piel blanca y de ojos azules. Se encargó de su diseño a un danés, Olen Hannussen, en 1940. Pero Hitler fue más lejos dando indicaciones mucho más precisas, debía tener una altura de 1,76 m, labios y pechos grandes, piernas, brazos y cabeza articulada y un ombligo bien diseñado. Debería estar realizada en plástico además de demostrar solidez y vigor, estar preparada para los rigores del frente.
Y claro había que ponerle un nombre, Borghild, que para algunos está extraido de la mitología nórdica y para otros es una expresión danesa que significa algo así como muñeca del pueblo.
En 1941 se presentaron tres proyectos diferentes con muñecas de 1,68, 1,76 y 1,82 metros de altura
Pero el proyecto se vio frustrado cuando el bombardeo aliado en Dresden destruyó la fábrica que había recibido el encargo de desarrollar el juguete erótico.
Efecto Placebo
El efecto de un placebo caro es más eficaz que el de un placebo barato.
El efecto placebo puede ser más o menos poderoso dependiendo de una serie de factores. Por ejemplo, si la pastilla es grande, es más efectiva (aunque igualmente la pastilla no contenga nada).
De igual forma, si tomamos un placebo más caro que otro, también tendrá mejores resultados, tal y como publicaron en 2008 Rebecca Waber y Dan Ariely.
Es decir, que las acciones de marketing, tales como los precios, pueden alterar la eficacia real de los productos a los que se aplican.
El efecto placebo puede ser más o menos poderoso dependiendo de una serie de factores. Por ejemplo, si la pastilla es grande, es más efectiva (aunque igualmente la pastilla no contenga nada).
De igual forma, si tomamos un placebo más caro que otro, también tendrá mejores resultados, tal y como publicaron en 2008 Rebecca Waber y Dan Ariely.
Es decir, que las acciones de marketing, tales como los precios, pueden alterar la eficacia real de los productos a los que se aplican.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)