Para formar el harén, los antiguos árabes elegían mujeres jóvenes con senos pequeños y firmes, tez lozana y pilosa, ya que pensaban que las mujeres con estas características eran mejores amantes. Desechaban, por el contrario, a las que tenían grandes pechos y el rostro pálido
miércoles, 20 de julio de 2011
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