martes, 8 de octubre de 2013

¿Sabes qué es MONSANTO?



La multinacional Monsanto se presenta como una compañía agrícola, que aplica innovación y tecnología a fin de que los productores de todo el mundo aumenten su producción.

 Pero, ¿qué es en realidad Monsanto? Sus antecedentes en el mundo echan por tierra esa definición.
 En 2004, el Comité Nacional de Ética en la Ciencia y la Tecnología (CECTE), dependiente del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, consideró que es "inconveniente" que la institución pública se asocie con empresas que "son objeto de cuestionamientos éticos por sus responsabilidades y acciones concretas en detrimento del bienestar general y el medioambiente". La multinacional tenía intenciones de otorgarle 30 mil dólares al mejor proyecto en el área de biotecnología y medio ambiente.
 Monsanto es el mayor vendedor mundial de semillas transgénicas en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. Sus cultivos representan más del 90 por ciento de todos los cultivos transgénicos del mundo. Los cultivos resistentes a su herbicida "glifosato", como la "soja RR" (Roundup Ready) y el "maíz RR", sólo promueven la agricultura industrial de insumo-dependencia. Una mirada a su historia nos dará algunas claves reveladoras, y puede ayudarnos a entender mejor las prácticas actuales de la compañía.

 Con sede en San Louis, Missouri, Estados Unidos, Monsanto Chemical Company fue fundada en 1901 por John Francis Queeny, un químico autodidacta que llevó la tecnología de la fabricación de sacarina, el primer edulcorante artificial, de Alemania a Estados Unidos. En los años 20, Monsanto se convirtió en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico y de otros productos básicos de la industria química.

 En los años 40, el negocio de Monsanto giraba en torno a los plásticos y las fibras sintéticas. En 1947, un carguero francés que transportaba nitrato de amonio (utilizado como fertilizante) explotó en un muelle a unos 90 metros de la fábrica de plásticos de Monsanto en las afueras de Galveston, en Texas. Más de 500 personas murieron en lo que llegó a ser uno de los más grandes desastres de la industria química.

 El Roundup es el herbicida más vendido del mundo. Monsanto promociona agresivamente el Roundup como un herbicida seguro y de uso general en cualquier lugar, desde céspedes y huertas hasta grandes bosques. Un estudio reciente del Conicet asocia al glifosato (RoundUp Ready Monsanto) con reducción de la fertilidad y abortos espontáneos, aumento en la incidencia de aparición de defectos de nacimiento y de anormalidades en el desarrollo, alergias, leucemia y otros tipos de cáncer.

En 1997, Monsanto respondió a cinco años de quejas del fiscal general del estado de Nueva York relativas a que sus anuncios del Roundup eran engañosos, cambiando sus anuncios en el sentido de borrar las referencias a la "biodegradabilidad" y al carácter "ambientalmente positivo" del herbicida. Las grandes multas contra Monsanto en Estados Unidos incluyen responsabilidades de muertes por leucemia, multas de 40 millones de dólares por el vertido de productos peligrosos al medio ambiente, y muchos otros episodios. En 1995, Monsanto era la quinta empresa de Estados Unidos en el inventario de vertidos tóxicos de la EPA, con millones de kilogramos de productos químicos tóxicos descargados sobre la tierra, en el aire, en el agua y en el subsuelo.
 Si bien Monsanto argumenta que su soja "Roundup Ready" acabará por reducir el consumo de herbicidas, el uso generalizado de variedades de cultivos tolerantes a los herbicidas significa un aumento de la dependencia de los agricultores respecto del herbicida. Las malas hierbas que aparecen después de que el herbicida original se haya dispersado o degradado, se tratan a menudo con más aplicaciones de herbicida.

 Los posibles efectos ambientales y sanitarios de los cultivos tolerantes al Roundup no han sido investigados completamente; y mientras en nuestra provincia, muchos productores agropecuarios de la soja utilizan el Roundup en sus campos. Y a la par, crecen los reclamos existentes de campesinos afectados directamente por este químico contaminante. Es necesario tener una tecnología que sea amigable con el medio ambiente y la salud humana. Y es por eso que hay que rechazar la tecnología Monsanto. Si creemos en la soberanía, es necesario que podamos elegir qué tecnologías son las mejores para nuestras comunidades, en lugar de que decidan por nosotros entidades a las que es muy difícil pedir responsabilidades, como Monsanto. Con Monsanto, nuestra salud, nuestros alimentos y el futuro de nuestro planeta están realmente en juego.

 Fuente: www.diarioelargentino.com.ar

No hay comentarios: